Cuando medimos algo o recolectamos información, existen muchas
razones para que nuestros hallazgos sean incorrectos. La razón más obvia es que
podríamos haber hecho una falta al escribir algo. Este tipo de falta es lo que
normalmente conocemos como error. Sin embargo, hay otros tipos de errores que
podríamos no ver a menos que sepamos que tenemos que buscarlos. Estos errores
no son fallas en el sentido de que hemos hecho algo incorrecto y pueden reducir
la credibilidad o exactitud de lo que hacemos, pero son errores sobre cosas de
las que no tenemos ningún control.
Error Aleatorio
Uno
de estos es el error aleatorio. Un error es considerado aleatorio si el valor
de lo que se mide se incrementa a veces o se reduce en otros casos. Un ejemplo
muy sencillo es nuestra presión sanguínea. Es normal que la presión sanguínea
pueda ser diferente en cada medición incluso si alguien está sano. Si se toma
la presión varias veces, algunas de las veces será más alta y otras, más baja.
Este error aleatorio es esperado debido a la variación de los procesos
corporales normales y la manera en que funciona el aparato de medición. Si el
error es realmente aleatorio y tomamos suficientes mediciones, podemos obtener
una buena estimación de lo que estamos midiendo. No obstante, si un error
aleatorio es grande entonces las mediciones serán impredecibles, inconsistentes
y no serán representativas del valor real de lo que estamos midiendo.
Error Sistemático
El
segundo tipo de error es conocido como error sistemático. Un error es
considerado como sistemático si cambia de manera sistemática en la misma
dirección. Por ejemplo, esto puede suceder con la medición de la presión
sanguínea si cada vez que tomáramos la presión algo causara que esta subiera.
También podría deberse a que el aparato de medición está defectuoso de forma
que siempre da un resultado mayor o menor que el valor verdadero.
En estos casos, incluso si
nuestras mediciones fueran predecibles y consistentes, los resultados no serían
exactos.